
La producción petrolífera de Europa, África y Oriente Medio tiende a venderse al precio que marca el barril de crudo Brent, es decir, marca un precio recomendado o estándar para un 65% de las diferentes variedades de crudo mundial, las cuales lo toman como referente. El Brent debe su nombre a un yacimiento petrolífero del mar del Norte descubierto en 1972 por Shell, y que tras 1.300 millones de libras esterlinas de inversión comenzó a bombear crudo en diciembre de 1976. En la actualidad, el yacimiento Brent, que está unido a otros de la zona, cuenta con cuatro plataformas (Brent Alpha, Brent Bravo, Brent Charlie, Brent Delta), que bombean el crudo a la terminal de Sullom Voe, en las islas Shetland (Reino Unido).
El Brent cotiza en el Internacional Petroleum Exchange (IPE) de Londres mediante opciones y futuros. Su cotización como contrato de futuros comenzó en junio de 1988 en Londres, y hoy también se negocia, aunque con volúmenes reducidos, en Singapur y Nueva York. Cada contrato de Brent, denominado lote, está compuesto por mil barriles de crudo. Aunque al vencimiento del contrato puede exigirse la entrega física de los barriles, lo habitual es su pago en metálico. El Brent, que cotiza entre las 11.02 y las 20.30 (hora peninsular española) en el parqué, y entre las 02.00 y las 22.00 en el mercado electrónico. El Brent se negocia en dólares, no hay límites de fluctuación diaria, aunque el movimiento mínimo, al alza o a la baja, es de un centavo de dólar.